25 Ene La enfermedad silenciosa
La enfermedad silenciosa
La kinesiología aplicada es una herramienta diagnóstica imprescindible para estructurar un plan de tratamiento con un enfoque holístico.
El restablecimiento del equilibrio energético global del paciente conduce a un estado de salud física, mental y psíquica.
AutoraDra. Mercedes Cavallé Anducas.
Resumen
El restablecimiento del equilibrio energético global del paciente conduce a un estado de salud física, mental y psíquica. La kinesiología aplicada es una herramienta diagnóstica imprescindible para estructurar un plan de tratamiento con un enfoque holístico.
Introducción
Podemos definir la osteoporosis como una enfermedad ósea sistémica caracterizada por disminución de la masa ósea y deterioro de la microarquitectura del tejido óseo que provocan un aumento de la fragilidad ósea y, como consecuencia, un aumento del riesgo de fractura.
El ser humano a medida que envejece va experimentando una disminución de su masa ósea, que normalmente pasa desapercibida, sin apenas manifestaciones sintomáticas, a lo sumo, dolores de espalda y costales, una sensación de opresión en la caja torácica, o deformaciones de la columna vertebral. La enfermedad solo llega a diagnosticarse cuando el paciente padece una fractura espontánea. Los huesos más afectados son el cuello del fémur, las vértebras y la extremidad inferior del antebrazo.
Los huesos son una estructura viva en continua transformación. Su composición es a base de fibras de colágeno y sales minerales diversas: calcio, flúor, cobre, magnesio, manganeso, fósforo, silícea, estroncio y cinc. El colágeno es la proteína fundamental de la matriz orgánica del hueso.
La pérdida de masa ósea está condicionada básicamente a expensas de la disminución del calcio, el mineral más abundante del cuerpo humano. Su asimilación solo ocurre con el 30-40% del ingerido. Los minerales que integran el organismo humano se complementan e interrelacionan entre sí. Para que la absorción de calcio sea adecuada debe ir acompañada de la absorción de otros minerales y vitaminas como son el magnesio, boro, vitamina A, C y D; por otro lado, dicha absorción es inversamente proporcional al contenido de fósforo. Este mineral sustrae el calcio de los huesos y lo libera en sangre, desde donde va a depositarse a los tejidos blandos y órganos internos. Si precipita a nivel de los vasos sanguíneos, lo hace uniéndose al colesterol y otras grasas, y como resultado disminuye la flexibilidad de las arterias. Si lo hace en las articulaciones, cristaliza causando un proceso artrítico agudo y doloroso. A nivel ocular origina cataratas, y a nivel renal cálculos renales.