18 Feb LA DIMENSIÓN PSICOCORPORAL EN LA PERSONA. VIVENCIANDO PSIQUE Y SOMA A TRAVÉS DE NUESTRA POSTURA Y EL MOVIMIENTO.
LA DIMENSIÓN PSICOCORPORAL EN LA PERSONA. VIVENCIANDO PSIQUE Y SOMA A TRAVÉS DE NUESTRA POSTURA Y EL MOVIMIENTO.
María Beltrán
RESUMEN
Nuestra identidad como personas depende de una consecuencia emocional, de un minucioso compendio entre psique y soma que nos hace erguirnos ante el mundo con una postura determinada.
INTRODUCCIÓN. LA CORRESPONDENCIA PSIQUE-SOMA
En el inicio de esta edición y a modo de presentación, me gustaría esbozar las líneas de trabajo del área de lo psicocorporal desde un abordaje descriptivo y global, que introduzca el marco general del trabajo psicoterapéutico con el cuerpo haciendo un recorrido, más enumerativo que exhaustivo, sobre las bases teóricas, autores y técnicas que serán objeto de posteriores análisis y consideraciones.
La toma de conciencia de que formamos parte de un todo integral y la vivencia de esa globalidad en la persona es lo que nos lleva a un trabajo de “darse cuenta” de cómo nuestra estructura corporal habla de nosotros mismos.
Efectivamente, nuestro cuerpo, esa forma que poco a poco hemos ido modelando a lo largo de nuestra vida, es sin duda la expresión de nuestro propio ser, de nuestra esencia.
Esa visión externa que mostramos al mundo de nosotros mismos también tiene su correspondencia interna, mucho menos palpable y deducible pero si interpretable y por lo tanto susceptible al cambio y al trabajo terapéutico, desde el cual es posible plantearse una nueva manera de “utilizarnos” corporalmente.
El conjunto de nuestras emociones y pensamientos, de nuestras vivencias personales-sociales y subjetivas nos han configurado y transformado, minuciosamente, en lo que hoy somos. El cuerpo grava y hace suya esa información reinterpretándola a través de gestos, poses, bloqueos, tensiones y modos de actuar, que terminan perpetuando una imagen física, a menudo fruto de una necesidad de protección del individuo, pero siempre adaptativa para el sujeto, su medio y su vivencia personal. El trabajo está en reinterpretar y hacer un aprendizaje con la información que genera malestar corporal para reestablecer la armonía y el equilibrio postural. Por lo tanto y a partir de dichas premisas, podemos deducir que nuestra consecuencia física es susceptible de ser interpretada y trabajada como representación que es de nuestro bagaje psicoemocional.
Leer más, orígen: http://www.ub.edu/revistaipp/hemeroteca/2_2008/m_beltran.pdf